Editorial

LA EXCUSA Y LA PROMESA INCUMPLIDA QUE PROVOCAN QUE CIEZA CONTINÚE SIN SERVICIO PEDIÁTRICO DE URGENCIAS

El Hospital de la Vega Lorenzo Guirao va a disponer de un nuevo quirófano para cirugías menores, que se usará principalmente para cirugía menor de oftalmología, cirugía menor de dermatología, así como infiltraciones por la unidad de dolor. Al acto de inauguración de esta instalación asistió el consejero de Salud Juan José Pedreño.

Esto supone una buena noticia para todos los usuarios de la comarca de la Vega Alta: Cieza, Abarán y Blanca, ya que cualquier mejora de las instalaciones hospitalarias de la localidad siempre redundan en el bienestar de la ciudadanía ciezana.

Sin embargo, existen carencias importantes en los servicios del centro hospitalario que llevan demasiado tiempo sin subsanarse, con el consiguiente perjuicio que ocasiona en los usuarios, como es la restauración del servicio de urgencias pediátricas, que fue suprimido, según alegó el Gobierno regional, durante la pandemia, debido a dicha excepcionalidad sanitaria; pero también afirmó que cuando se volviera a la normalidad se restauraría, algo que todavía, tres años después, no ha sucedido.

En este sentido, Pedreño, en su visita a Cieza, matizó que este servicio necesita “un mínimo de seis a siete pediatras para que funcione con garantías” y alegó que “la dificultad actual reside en el déficit de especialistas en esta materia que sufre todo el país y a la que la Región de Murcia no es ajena”.

Dicha alegación, realmente, es lo que coloquialmente se denomina “echar balones fuera”. Ahora resulta, según sus declaraciones, que esta carencia que sufrimos los ciudadanos y las ciudadanas de Cieza, y que afecta a nuestra población más vulnerable (nuestros hijos e hijas), es por la falta de profesiones sanitarios existentes a nivel nacional. Al respecto cabe preguntarse por qué el Gobierno regional alegó que se suprimía por la urgencia sanitaria de la pandemia. La respuesta es obvia: era una falacia: con premeditación nocturnidad y alevosía. Y, sobre todo, con una tremenda falta de humanidad, teniendo en cuenta a qué parte de nuestra población afecta. En este sentido, el alcalde Tomás Rubio, que prometió que cuando ganara las elecciones lo solucionaría, debe exigir este servicio, sin dilación, a López Miras, y cumplir así su promesa.

Ya basta de palabras huecas y promesas incumplidas. Esta lamentable situación no se puede prologar en el tiempo; necesita una solución inmediata. Es imprescindible que se lleve a cabo y no vale escudarse (ahora) en la falta de personal cuando esa no fue la causa que se alegó. ¿Se han planteado en el Gobierno regional que dicha falta de personal es subsanable y la pueden solucionar rápidamente si quisieran? La respuesta es evidente (la podría argumentar uno de los niños que se ven afectados): ofrecer los incentivos necesarios para que los pediatras quieran ocupar esas plazas. Pero eso no parece que estén dispuestos a realizarlo; en este caso, por desgracia, se valora más el aspecto económico (para otras cosas mucho menos importantes no falta) que las personas (las mismas que les han colocado en sus cargos). Responsabilizar de esto a la carencia de profesionales en ámbito nacional es un insulto a la inteligencia de la ciudadanía; si no saben gestionar una competencia delegada a las autonomías, como es la Sanidad, que la devuelvan al Gobierno de España y que dimitan por incompetentes, y, también, por carecer de humanidad.